Zaida Le Noir

Zaida Le Noir

Whats up bitches. Ella es Zaida. Zaida Le Noir cuando se pone a las agujas. Nombre de artista, avatar de la vida real. Durante muchos años trabajó en agencias de publicidad como directora de arte, diseñadora de estudio y head of art.
Lo bueno: años y años de diseño en tableta le sirvieron de entrenamiento feroz para dominar el arte de afinar el trazo. Y eso le sirve tanto para hacer un gráfica de ofertas el Carrefour como para un exquisito tatuaje en tu santo antebrazo. Lo malo: los mismos años de estrés, presión y, sí lo digo, cierto vacío existencial. Lo de trabajar para pagar facturas, ya sabes.
Quizá fue eso lo que provocó que en 2018 le diagnosticasen esclerosis múltiple. EM para los amigos. Una movida. Piernas dormidas, lesiones en el cerebro, un tratamiento para tumbar elefantes y sobre todo unas ganas enormes de mandarlo todo al carajo y hacer de una vez lo que siempre quiso hacer. Pinchar tinta.
Eso hizo y eso hace. Fan de Mateo Nangeroni, Nickavge y por supuesto de Marla Moon, (de a que fue aprendiz y la ama), llevo ya más de cuatro años de profesión marcando cuerpos y atravesando pieles, mientras mantiene las ganas del primer día. O más. Por eso, además de tatuar, le gusta meterse en jaleos varios, desde diseñar cervezas, colaborar con marcas como Barokah, fashion custom o, por supuesto, aplicar su arte para la recaudación de fondos.
Dicen que es cañera, un poco flamenca y bastante macarra. Y quién soy yo para decir que no. También dicen que no todo es blanco o negro pero por ahí no paso. No le van las medias tintas y solo se quedo con una: la negra. Mucho, muy. Y por eso lo suyo es ser una artista del blackwork y flipada de las líneas. También hacer headbaning con Metallica el día que la puta enfermedad me da un pelo de tregua.
Si buscas un tattoo fino, negro, potente, más arte que mancha, de los que dicen todo con el menor trazo posible, de esos de alma oscura, que no se parecen a ningún otro, elegante pero gamberro, moderno, fresco e imperecedero, aquí me tienes. Si buscas piruetas, sombras y estallidos de color, aquí no es.
Métele Tintamami.
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